domingo, 13 de julio de 2008

Papito lindo...

No, no es Miguel Bosé, soy yo, que tengo menos barriga. Así me ha llamado una abuela al término de la asamblea de padres que hemos tenido hoy. Era una mujer arrugadita, vestida de la manera más humilde, que se ha acercado a mí me ha dicho: “Papito lindo, gracias por darles una oportunidad a nuestros niños”. Apenas he sabido balbucear unas palabras, diciéndole que era yo el que le daba las gracias por comprometerse así con sus niños.

Eran las ocho de la mañana de hoy domingo y empezaba la asamblea con abundante concurrencia. Se hace al aire libre, porque todavía no hay un sitio donde reunirse a cubierto (¡tenemos que conseguirlo!) Suerte que estas lluvias tropicales tan imprevistas no han aparecido hoy. Me admira la conciencia que tienen de su aportación a la educación de sus hijos. Abonan una matrícula anual de 50 soles (unos 12 €), que van pagando, la mayoría, según pueden. Luego, los niños almuerzan cada día en la escuela, gracias por un lado a la harina y a los frejoles que les da el ministerio. El gas para cocinar y el suplemento para que aquello sea verdaderamente alimenticio lo aporta Videsol. Me voy contento porque ahora al menos dos días a la semana podrán comer carne, con una aportación extra que pensamos hacer desde España. Pero lo más importante es que los padres también se sienten partícipes y se comprometen a pagar 5 soles (1,21 €) al mes, que van a esta alimentación. También las mamás se comprometen haciendo turnos para ir a cocinar cada día.
From Mi viaje a Ta...

Por eso están orgullosos y comprometidos con su escuela. Saben que es una oportunidad para sus hijos, pero ellos son también los que están aportando lo que tienen para que el sueño se haga realidad. Por eso me ha emocionado la viejita, con su agradecimiento sencillo, pero –doy fe- nada servil, sino lleno de dignidad. La dignidad que esta pequeña escuelita ha ayudado a que redescubran y defiendan.

2 comentarios:

Eva (me ahorro el Mª) dijo...

Recuerdo aquella mañana de escuela de padres en que yo "hacía de canguro" de una bebita mientras su mamá participaba en un juego de confianza...¿quién me iba a decir a mí que 4 años más tarde iba a tener a mi bebita Elena entre mis brazos redescubriendo esa escuela que se hace realidad cada día? Me alegra la implicación y compromiso de los padres. Es la manera. Estoy convencida. NO CARIDAD SINO TRABAJO MANO CON MANO.

Mª José dijo...

Hola compi, ¡ole ole! Me alegra que compruebes en persona todos esos logros porque es la respuesta a que vale la pena todos los esfuerzos. Muuchos abrazos desde esta Sevilla. Marijó, Meriyou, La Secre.